Internet ha supuesto un cambio de paradigma para los medios de comunicación tradicionales. Especialmente en el caso de los periódicos. El viejo modelo publicitario del periódico en papel, aquello de suponer que cada lector de una publicación está expuesto a cada anuncio y por tanto, a cada anunciante se le cobra por cada lector de cada anuncio, es obsoleto. E Internet ha acelerado el derrumbamiento de la farsa. Basta con echar un vistazo a la llegada del periódico para iPad de Rupert Murdoch, The Daily o a la compra de The Huffington Post por Time-AOL, por ejemplo.
¿Qué puede hacer la prensa escrita? ¿Volcar el contenido del digital en papel? ¿Cobrar por la versión online? Mientras que a la mayor parte de medios no les salen las cuentas y reestructuran plantillas, el británico The Economist se ha convertido en la revista de actualidad más vendida en Reino Unido durante el segundo semestre de 2010.
¿Y qué tiene The Economist? El semanario no se caracteriza por presentar exclusivas grandilocuentes. Su contenido puede resumirse en análisis, análisis y análisis. Algo, que parece escaso en el panorama mediático: De los siete grandes dragones de Reino Unido (Financial Times, The Times, The Guardian, The Independent, Telegraph, Daily Mail y Daily Express) sólo el 6,5% contenía análisis, frente al 22,3% de opinión y el 71,1% de noticias.