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A mayor crecimiento, menor pobreza… ¿no?

Hace poco oíamos al alcalde de Madrid, Alberto Ruiz-Gallardón, pedir una ley al Gobierno central que permitiese a los ayuntamientos sacar a los pobres de las calles de sus municipios. Debemos superar el maniqueísmo hegemónico en este (y otros muchos) asuntos. No podemos sacar a los pobres de las calles, principalmente, porque atentaría contra la libertad individual, los pobres deben salir de las calles. Y esto, es una cuestión de incentivos. Por tanto, no se trata de un asunto de beneficencia o caridad, es un asunto económico.

Es comúnmente aceptada entre los economistas que el crecimiento económico es bueno para los pobres. Es decir, que los hogares con menores recursos participan también de ese crecimiento. En 2001, David Dollar y Aart Kraay publicaron un paper titulado Growth is good for the poor.  En él se mostraba la correlación positiva entre ingresos medios (PIB per cápita) e ingresos del 20% más pobre en varios países:

Renta per cápita media del país vs renta per cápita del 20% más pobre

Crecimiento para los pobres. Fuente: Dollar & Kraay (2002)

Al calor de la idea de a mayor crecimiento, menor pobreza, el Banco Mundial aconsejó políticas liberales a los países del Tercer Mundo (también a los del Primero, sobre todo en cuanto a reducción de las políticas arancelarias para productos agrícolas). A la vista está el éxito relativo de estas medidas, por ejemplo, los BRIC. Sin embargo, existen notables excepciones a la regla.

Volvamos a España, ¿es nuestro país una de esas excepciones? Como no es mi intención el realizar un estudio profundo de la pobreza (que es un fenómeno multidimensional), utilizaremos tres variables sencillas para estudiarla:

El primero nos servirá para comprobar si hemos crecido, el segundo y el tercero nos ayudarán a validar o rechazar la hipótesis de a mayor crecimiento, menor pobreza. Pues adelante, veamos las gráficas:

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Movember

Movember es un evento anual en el que los hombres dejan crecer sus bigotes durante el mes de noviembre y se celebran actos para concienciar sobre problemas que atañen directamente al género masculino, como el cáncer de próstata o el de testículo. Viene del acrónimo inglés moustache más November.

Comenzó en 1999 con una reunión espontánea de jóvenes bigotudos en Adelaida, Australia. En 2007 la Fundación Movember se extendió a Canadá, España, donde colabora con la Federación Fundación para la Educación Pública y la Formación en Cáncer, FEFOC, Estados Unidos y Reino Unido.  En 2008 desembarcó en Irlanda.

El 19 de Movember también es el mes en el que se celebra el Día Internacional del Hombre. Este día es reconocido por la ONU desde 1999, y tiene entre sus objetivos:

1. Promover modelos masculinos positivos,  no sólo las estrellas de cine y deportes de los hombres, sino todos los días, los hombres trabajadores de clase media que viven vidas decentes y honestos.

2. Para celebrar las contribuciones positivas de los hombres a la sociedad, comunidad, familia, matrimonio, cuidado de niños, y para el medio ambiente.

3. Para centrarse en la salud y el bienestar de los hombres, social, emocional, físico y espiritual.

4. Para poner de relieve la discriminación contra los hombres, en las áreas de servicios sociales, las actitudes y expectativas sociales, y la ley.

5. Para mejorar las relaciones de género y promover la igualdad de género.

6. Para crear un mundo más seguro, un mundo mejor, donde la gente puede estar seguro y crecer para alcanzar su pleno potencial.

La clase media ha muerto… ¡Viva la clase media!

[…] El periodista Massimo Gaggi y el economista Eduardo Narduzzi, en su libro El fin de la clase media y el nacimiento de la sociedad de bajo coste (Lengua de Trapo) vaticinaban la aparición de un nuevo sistema social polarizado, con una clase tecnócrata reducida y crecientemente más rica en un extremo, y en el otro un «magma social» desclasado en que se confunden las antiguas clases media y baja, definidas por una capacidad de consumo muy limitado, a imagen y semejanza de los productos y servicios que les ofrecen las compañías low cost (bajo coste) como Ikea, Ryanair, Mc Donald’s, Zara o Skype.

«Nosotros hablábamos de la aparición de una clase de la masa, es decir, de una dimensión social sin clasificación que de hecho contiene todas las categorías, con excepción de los pobres, que están excluidos, y de los nuevos aristócratas. La clase media era la accionista de financiación del Estado de bienestar, y su desaparición implica la crisis del welfare state, porque la clase de la masa ya no tiene interés en permitir impuestos elevados como contrapartida política que hay que conceder a la clase obrera, que también se ha visto en buena parte absorbida por la clase de la masa. La sociedad que surge es menos estable y, como denunciábamos, potencialmente más atraída por las alarmas políticas reaccionarias capaces de intercambiar mayor bienestar por menos democracia. También es una sociedad sin una clara identidad de valores compartidos, por lo tanto, es oportunista, consumista y sin proyectos a largo plazo»

De MUÑOZ, R. Adiós, clase media, adiós. En EL PAÍS.

Poco más que añadir a un reportaje que retrata como pocos la situación de la sociedad española y mundial. En palabras de Luis Ayala, cuando la economía marchaba viento en popa, la pobreza y la desigualdad no se redujeron, mientras nos decían que llegaríamos al pleno empleo. Es más, estos indicadores aumentaron si los comparamos con los de los socios europeos.

En las filas del INEM hay más de cuatro millones de parados… ¿Dónde están los sindicatos? Respuesta: defendiendo a los trabajadores (que trabajan) en una cena con los actores sociales.